Periodismo y necedad (por Guillermo Pochettino)

Escuchando o leyendo a la mayoría del periodismo respecto de las elecciones, se cae en el lugar común de decir: “no se discuten ideas”. Desde aquellos personajes de la derecha mediática hasta seudo progresistas, insisten en que en este proceso sólo se dicen barbaridades unos de otros, con lo cual llegan a la conclusión de que ese es el motivo por el cual la “gente” no participa de la política.

Mi opinión es que no hay más ciego que el que no quiere ver ni más sordo que el que no quiere escuchar. Si lo dicen por la oposición, sabrán ellos responder si es verdad o no. Pareciera que ello es así por cuanto lo único que escuchamos del monopolizador en estos días de los medios, De Narváez, no se le cae un solo pensamiento que no sea agitar posibles chavizaciones o la bendita “inseguridad”, para lo cual no dice por qué en el primer caso se volcaría el gobierno a un proceso como el que denuncia, cuando su accionar es el de que las empresas no cierren. En el segundo, ni se sospecha cómo la encararía o cuáles son las raíces de tal inseguridad. Por ello, que en su defensa hablen los interesados.

En lo que hace al oficialismo, si los señores periodistas se pusieran a escuchar los discursos de los principales dirigentes se darían cuenta de que lo que intentan es explicar los fundamentos del modelo que se está implementando. Esas ideas claramente están en lo referido a la crisis mundial, haciendo hincapié en la defensa de la actividad económica, pues ello es la raíz de una parte importante del crecimiento que en estos seis años se ha alcanzado y eje del modelo que se propone: un fuerte mercado interno. Si desean explicar el carácter federal del modelo bastaría oír, por ejemplo, el discurso de Cristina desarrollando la importancia del tendido de redes de alta tensión en la Patagonia sur. Cuando años anteriores se hacía profecía acerca de la inminencia de un apagón nacional, parecía que la idea de discutir la energía era importante; hoy, para el periodismo especializado en no ver y no escuchar, ello no es una idea. Podría enumerar cantidad de otros temas que abordan muchos de los dirigentes del Frente para la Victoria.

Largar una chicana en el discurso político es algo que no es novedoso. Cualquiera que tenga noción del discurso político convendrá que ello forma parte del mismo. Que el periodismo rescate sólo la chicana debería ser motivo de autoanálisis o de revelación de cuáles son sus verdaderos intereses.

Pero en lo que hace a la provincia de Santa Fe, ese mismo periodismo debería preguntarse con mucha mayor razón si el convocar a conferencias donde se desmenuzan ideas muy profundas no sólo en el plano económico sino hasta en la filosofía del modelo, tal como hiciera el candidato Rossi -quien junto a un politólogo como Laclau, el vicerrector Seminara o el mismo Giani-, no forma parte de la discusión de ideas. Lo mismo en conferencias con el ex ministro de Educación o la charla con otros cuentistas como Horacio Gonzáles, etc.: Todo un fin de semana discutiendo, debatiendo, explicando objetivos, es mucho más que lo que cabría esperar y sería mucho más fructífero si el periodismo, en lugar de colgarse de los que critican, se dedicaran a informar sobre ese tipo de encuentros.

Quizás, de esa forma, la oposición se vería obligada a mostrar cuál es el modelo de país que quieren y con qué recursos lo implementaría.
Quizás, se refieran a que no hay debates públicos: son contados con los dedos de una mano los debates que aquí en Argentina han dejado algo positivo como para sentir que no se pierde absolutamente nada.

En definitiva, creo que quienes deberían aportar a que estos mensajes lleguen al pueblo, a sus oyentes, a sus lectores, es el periodismo mismo, salvo que sus editores tengan la consigna establecida de ocultar las ideas que desde hace seis años esta línea política viene desarrollando. Línea política que es un conjunto de ideas perfectibles pero que es de mala lecha ocultarlas o ignorarlas. Y ELLO NO ES PERIODISMO SINO NECEDAD.